jueves, 25 de julio de 2013

Indignación y orgullo

Hoy, un mes y pico después de mi última entrada no puedo más que hablar acerca del pesar que siento por ese fatídico accidente de tren.

He titulado la entrada como "indignación y orgullo", y me explico. Indignación es la que llevo sintiendo desde ayer cuando me enteré vía twitter de la noticia, y por más que buscaba y buscaba información, no lograba dar con ella. Qué penoso es que cualquier medio de comunicación público no corte su parrilla prevista para improvisar un noticiario como es debido. Eso sí, en el canal 24H se pasaron como una hora mostrando imágenes del accidente ferroviario que había sucedido hacía diez años. ¿Esto qué es? ¿desinterés? ¿cobardía? ¿venganza? ¿qué es? También se criticaban las noticias que se daban en riguroso directo desde TVGalicia, pues realmente fueron muy muy macabros con las imágenes que se ofrecian de víctimas y familiares. Aunque al menos ellos estaban ahí, en directo.

Pero me siento más que orgullosa por la gente que somos. Porque nos volcamos a la mínima, sin pensarlo un minuto. Que necesitan nuestra ayuda, allá que vamos. Y aparecen voluntarios a centenares, a miles, de debajo de las piedras, allá donde se necesiten. Sorprenden y hasta emocionan las imágenes de muchísima gente esperando su turno para donar sangre. Se dice que los bomberos que se encontraban en huelga han ido a socorrer por propia voluntad. Los hospitales y centros médicos están repletos de médicos e infermeras en paro. Y es que cuando hay una catástrofe de esta grandaria todo es poco, y siempre te ves reflejado en esas personas que un día lo tenían todo, y ahora no tienen nada.