jueves, 30 de enero de 2014

HISTORIAS COTIDIANAS

Hace un año escribí esta entrada en un blog en el que participaba. Me ha gustado volver a leerlo y compartirlo con mis nuevos lectores:

Llega ese momento fatídico en que abres un par de armarios de la cocina, y no hay… abres la nevera: y no hay… así que te planteas en ese momento salir a comprar al sitio más cercano. Ahora mismo no es plan de hacer la gran compra del mes, cuatro cosas y para casa, para salir del paso.
“Salgo un momento en 10 minutos vuelvo!Ah! y no me llevo el móvil, que se está cargando”-comentas a tu marido mientras sales por la puerta.
Te plantas un chándal y las bambas y en el ascensor, bajando a la calle te das cuenta que no llevas la lista… bueno, son cuatro cosas básicas que seguro que no se me olvidan. No necesito hacerme lista. JA! Gran error, por supuesto.
Ya en la calle, mentalmente la lista se está haciendo infinita, así que decides que en el colmado de barrio no te solucionan la papeleta, te armas de valor y te diriges hacia una gran superficie.
No caes en la cuenta que como tú, millones de personas han pensado lo mismo. Es sábado, por la tarde, y parece que el mundo se acabe. Así que hasta que no llegas al super no caes en la cuenta de este ínfimo detalle. Y es en este preciso instante cuando adviertes que no hay carros. SOCORRO!!! Cómo puede haber tanta gente aquí! Seguro que encuentro alguno. Me acerco y lo veo, es el mío. Ahí abro los ojos y veo la realidad: toda mi ciudad está metida en este super, conmigo…
Revuelvo las manos por los bolsillos, buscando una moneda de 0.05, de 0.20, y de 2 euros…. Joder! Si los carros sólo funcionas con 0.50 y con 1 euro. ¿Cómo lo hago? Bueno, me acerco amablemente a una cajera que tiene una cola más que inmensa que la espera y le pido si puede darme cambio. Me dice que sí, pero que no puede abrir la caja hasta que no acabe con esos dos carros. Madre mía! Pero para qué quiere todo esto en su casa esta mujer? 256 euros en comida!!! Y yo espero… y mientras espero, claro, mi carro ya se lo han llevado. Pero por suerte la señora que ha comprado para ella y para todo el barrio me ofrece el suyo. Por supuesto, se lo agradezco, y le doy una moneda de un euro, a modo de propina, por lo visto, pues ese carro es defectuoso y no lleva moneda… en fin! Más se perdió en la guerra que dicen.
Venga, para adentro. Necesito: sal, pimienta, huevos, lomo, una tableta de chocolate, un cartón de leche y cuatro yogures. Sobre todo lo que más falta me hace son los huevos. Claro, cada una de las cosas está en un punto totalmente equidistante entre ellos del super, así que tengo que recorrerlo todo. ¡Cómo puedo desorientarme de tal manera! Pues ya he pasado tres veces por el pasillo de las galletas, y claro, me he visto obligada a ir llenando el carro de… galletas, lechuga, pan de molde, suavizante, detergente, limpiacristales, papel higiénico…
Y mi marido, que no sabe que estoy aquí y ya llevo más de una hora fuera de casa.
Venga, ya lo tengo todo, me acerco a las 57 cajas que hay, todas con una cola horrible, excepto la caja rápida, la de 10 artículos, que no me extraña que esté vacía esa caja, si nadie compra SÓLO diez artículos… cómo no, escojo la peor caja de todo el recinto. A la cajera le ha pasado de todo durante mi espera: se ha quedado sin cambio, ha tenido que cambiar dos veces el rollo de papel de la máquina, no le leía un código de barras el detector, y hasta se ha puesto a wassapear con su novio.
Pero ya me toca. Rápidamente pongo toda mi compra en la cinta transportadora, y justo antes de que llegue al final de la cuenta oigo la melodía que anuncia las ofertas: recuerda que esta semana tenemos la docena de huevos a 1 euro. MIERDA!

1 comentario:

  1. Todo bien por aquí??????
    Estamos desganados para blogguear eh? Barcelonaaaa!!!!
    Te echo de menos <3

    ResponderEliminar